
Shiryu trata de descansar en los Cinco Picos, pero su espíritu no reposa tranquilo ante la posibilidad de quedar ciego para siempre. Mientras tanto Seiya, se dirige a Jamir en busca de Mu, intentando encontrar una cura para los ojos de Shiryu. En los cinco picos, Shiryu y Shunrei salen a pasear, pero Shunrei, mientras nada en un río, es arrastrada por la corriente. Shiryu, no puede hacer nada debido a su ceguera. Justo a tiempo, aparece Okko, antiguo compañero de entrenamiento de Shiryu, y rescata a Shunrei. Debido a una antigua rivalidad entre ambos, Okko ataca a Shiryu, pero Shunrei alerta a Okho sobre el impedimento de Shiryu. Debido a esto, Okko decide postergar la batalla. Sin embargo Shiryu se siente frustrado y llora amargamente bajo las aguas de una cascada.